La actual sede de la FSMCV se encuentra ubicada en la Alquería Julià. Este edificio emblemático de la ciudad de València y del barrio de Nou Moles se ha convertido en un núcleo de referencia no sólo para todos los músicos y ciudadanos sino también para los habitantes de este distrito que han visto aumentada su oferta cultural con esta Casa de la Música.
CaixaBank acometió su restauración para adaptarla y dotarla de todo lo necesario para cumplir su finalidad actual: ser el hogar de la música y los músicos valencianos, un espacio abierto al público para enriquecer la vida de la ciudad y sobre todo, del barrio.
La singularidad de este edificio radica tanto en su conservación dentro del tejido urbano como en su valor arquitectónico ya que es una de las pocas alquerías del siglo XVII que se conservan, además, con tantos detalles arquitectónicos y estéticos originales.
La Alquería Julià, ha acogido entre los muros de su edificio y jardines diversos eventos que señalan la personalidad del monumento: Isabel II se refugió en ella mientras esperaba que María Cristina renunciara a la Regencia, en la torre, el mariscal Suchet observó cómo las tropas napoleónicas intentaban entrar en València y, también ha sido testigo de los pregones de San Vicente Ferrer.
La restauración y cesión del uso de este enclave a la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana partió de CaixaBank. La intervención no se ha basado exclusivamente en la rehabilitación del edificio y el jardín, sino que se ha añadido una sala de ensayo subterránea que dota a las bandas de un espacio óptimo para tocar con una capacidad máxima para 200 personas.
Los trabajos en el edificio han rescatado cerámicas policromadas, algunos del siglo XVI, que están colocados en sus lugares de origen, bien en los zócalos bien en el pavimento. Igualmente, se han descubierto arcos y puertas cegadas, fruto de las numerosas intervenciones a las que fue sometido el edificio a lo largo de su vida.
En la alquería original el jardín llegaba hasta la antigua cárcel modelo por un lado y hasta la pinada Moyá de Campanar por otro. También tuvo un embarcadero al estar al lado de las acequias y del río.
Es en parte de este jardín, donde ya no había zona verde -puesto que se creó una cancha de deporte- donde se ha realizado una obra de ingeniería de primer nivel a siete metros de profundidad donde se ubica la sala de ensayo para las bandas.
La Alquería Julià cuenta además en el edificio principal con dos plantas y un torreón. Las diferentes salas de este bloque están dotadas de distintos usos como biblioteca y sala de partituras, un archivo adyacente, fonoteca y videoteca y su correspondiente archivo y un aula multiusos de 40 metros.
La entrada, en la zona central que atraviesa toda la planta y desemboca en el jardín, es el espacio de recepción y expositivo para la “interpretación de la alquería”, destinado a las visitas del público en general.
Los jueves y previa reserva, se puede visitar y conocer de la mano de un guía oficial la historia de este importante inmueble, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) ahora convertido a casa de la Música, sede de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana.