Considerado uno de los mejores directores de su generación y alma mater de diferentes proyectos líricos y sinfónicos de gran éxito, Cristóbal Soler es el director de la Joven Orquesta Sinfónica de la Federación de Sociedades Musicales de la Comunidad Valenciana (FSMCV) desde su fundación en 2014.
Por sus manos han pasado cientos de jóvenes en estos años de un proyecto vital que busca potenciar el joven talento de la Comunidad Valenciana y sobre todo la línea orquestal en las sociedades musicales.
La experiencia, visión y capacidad de innovación del maestro Cristóbal Soler y el apoyo de la FSMCV ha permitido desarrollar un proyecto que trasciende al mundo de las bandas de música. Es una de las constantes en la charla que mantenemos con él, el que los músicos entiendan que la Joven Orquesta Sinfónica va más allá de lo que es una orquesta sinfónica al uso, para formar parte de una selección de talento desde una visión integral en busca de la excelencia.
AL COMPÀS: ¿Qué sensaciones le transmite el comienzo de la temporada 2022 de la Joven Orquesta Sinfónica?
CRISTÓBAL SOLER (CS): Unas sensaciones muy satisfactorias. En el primer concierto en el Palau de les Arts en febrero abordamos un repertorio que los músicos no tienen la oportunidad de tocar en las bandas de sus respectivas sociedades musicales. Aprovechamos el 50 aniversario del Orfeó Valencià y tocamos junto con dos solistas extraordinarios: la mezzosoprano Lorena Valero y el tenor Enrique Ferrer.
En el escenario entre el coro y la orquesta éramos más de 150 personas y abordamos un gran repertorio lírico, tanto de ópera como de zarzuela. Interpretamos el final de la ópera Carmen y también planteamos números de coro de Verdi.
AC: ¿Se vio recompensado el esfuerzo de los músicos?
CS: Sí, porque ensayamos dos fines de semana con una alta intensidad, y que 1500 personas vinieran al concierto y reconocieran el trabajo hecho es una satisfacción. Me sentí muy orgulloso de la labor de la orquesta, y también debo agradecer la difusión en los medios de comunicación, porque todo ello hizo que el Palau de Les Arts estuviera lleno, con una respuesta fantástica.
Para un joven músico es un sacrificio con 18 años dedicar los fines de semana, incluso en periodo de exámenes, pero cuando su pasión se ve recompensada de esta manera te hace muy feliz.
AC: ¿Cuáles son los siguientes proyectos de la Joven Orquesta Sinfónica temporada 2022?
CS: El próximo proyecto sinfónico en el que estamos trabajando junto a dos directores asistentes, nos va a permitir abordar un repertorio de grandes autores fundamentales en los objetivos de la programación. Por una parte, para defender nuestro patrimonio sinfónico y lírico, y por otra para mantener un porcentaje de equilibrio en el repertorio. Por eso para el próximo programa hemos elegido a Chaikovski y seguramente a Richard Strauss.
AC: ¿Quiénes componen la Joven Orquesta Sinfónica de la FSMVC?
CS: Representan el joven talento de las sociedades musicales de la Comunidad Valenciana. Uno de los objetivos generales que tenemos es poner en valor el talento y la excelencia, porque todos ya sabemos que esta es una tierra de músicos donde proliferan en cada población, pero el objetivo claro de este proyecto es también plantear que donde hay cantidad hay calidad y en este caso repercute en la excelencia.
A la selección acuden unos 300 músicos cada año para ocupar las plazas de esta orquesta que tiene alrededor de 90 músicos. Con la COVID-19 hemos estado muy limitados, pero lo retomamos ya con la plantilla completa de entre 80 y 90 músicos.
AC: Sobre la base de la búsqueda de la excelencia en los jóvenes músicos que la forman, ¿cómo se afronta el programa pedagógico de cada temporada?
CS: Individualmente son músicos excelentes y aquí les ofrecemos formación de colectivo orquestal. Todos ellos actúan en colectivos que son las bandas de música, e incluso a veces en una sociedad musical que puede que tenga una orquesta, pero nunca se alcanza el nivel de excelencia como en esta orquesta.
Recientemente hemos ampliado esta formación dentro de lo que son las habilidades, las capacidades de tocar dentro de lo que es una orquesta sinfónica. Estamos colaborando con los departamentos de canto, y realizamos un encuentro al año con la Academia Internacional José Collado, en la que la formación es integral.
La orquesta trabaja con jóvenes directores, jóvenes cantantes y todos ellos dirigidos con una visión no solo de director de orquesta sino también como maestro y desde mis conocimientos para pasarles mi experiencia dentro de lo que es el mundo no solo sinfónico, si no también colaborar con cantantes dentro de un repertorio lírico operístico.
Y un factor esencial en su formación, como es el tocar ante un director diferente. Colaboramos con siete u ocho jóvenes directores, lo que también es importante para ellos a la hora de saber seguir una dirección distinta.
AC: Para estos jóvenes músicos eres un referente, lo que además supone una responsabilidad añadida, ¿cómo la afronta alguien con tu currículum?
CS: Ante una orquesta joven la verdad es que hay una gran responsabilidad porque ellos son como esponjas. Debemos de ser ejemplares en todas nuestras facetas, no solo profesionales y humanas. Yo creo que es importantísimo ante una orquesta joven la experiencia, no solo el conocimiento, porque el conocimiento es fundamental pero también en nuestro caso la madurez, la experiencia como decía Karajan es “tener el jarrón lleno de agua para poder repartir agua en los vasos vacíos”.
Y luego está el liderazgo que creo que es fundamental, como la empatía, la motivación la resiliencia y todo lo que muestres con tu propio ejemplo. Además de la pasión, porque lo que hacemos lo hacemos con pasión, con amor, con entusiasmo y esto se contagia.
AC: ¿Qué opinión tienes de la situación actual de la música en el ámbito educativo en España?
CS: Soy siempre optimista. Creo que va creciendo la educación musical pero muy poco a poco. Falta en realidad una educación vinculada a la música, en eso aún estamos muy débiles, debería ser igual de importante como las matemáticas o la literatura por citar algunas disciplinas. Cuando hablo de la música no me refiero a la historia de la música, me refiero a que debería haber orquestas, coros en cada escuela, en cada universidad y que las personas puedan tener esa formación, no sólo como disfrute.
El nivel de la calidad de los músicos es excelente, incluso con un reconocimiento internacional de los músicos españoles que supone el que estamos exportando muchos músicos fuera de España; somos un país exportador y hay que darlo a conocer.
Me entristece mucho cuando la música sigue siendo una asignatura ‘maría’ y la solución pasa porque esta asignatura sea práctica y que sirva de disfrute, y que el alumno desde preescolar y primaria puedo ir a jugar con la música porque además está demostrado que no solo tiene una función importante terapéutica si no que es un medio para activar conexiones neuronales.
La música crea conceptos de convivencia fundamentales en el desarrollo de la sociedad: formar parte de un colectivo, el saber en qué momento tú eres importante, en qué momento tu acompañas y ayudas y luego todo lo que es esa disciplina es de entrenamiento de perseverancia. Valores humanos a través de la música.
Yo fui en su día el creador de la Orquesta la Universidad de València, fue la primera orquesta sinfónica en una universidad española y ahora ya hemos cumplido más de 25 años. También fui el director de la Orquesta de la Universidad Complutense de Madrid, y también creé la banda en el instituto de Silla cuando tenía 16 años. La mejor manera de cambiar las cosas no solo es hablar sino intentar que cada uno nosotros podamos poner nuestro granito de arena y sí aún nos queda mucho por hacer.