El músico ante las expectativas y el bloqueo: cómo la psicología nos ayuda en el laberinto artístico

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Conversamos sobre cómo los caminos de la música y la psicología conviven en el mismo pentagrama con Basilio Fernández, doctor en psicología por la Universitat de València y profesor de piano del Conservatorio Profesional de Música de Valencia.

En su amplia trayectoria, Fernández ha colaborado con orquestas y grupos de cámara. Es coordinador docente del Máster de Psicología y Música de la UNED y también ha desarrollado esta relación entre ambos mundos en su vertiente de investigador. Además, es socio fundador de la Asociación Española de Psicología de la Música y la Interpretación Musical. Él nos guía a través de cuestiones que a menudo suponen un laberinto para el músico.

Al Compàs: ¿Cuáles son las principales fuentes de presión y ansiedad que enfrentan los artistas y músicos en sus carreras, y cómo pueden afrontarlas de manera saludable?

Basilio Fernández: Por un lado está la presión propia de las interpretaciones en público, el manejo de esos nervios en particular y de las emociones en general, aspectos en los que los músicos no tienen formación de base. A eso habría que sumar las presiones que pueden tener del ámbito familiar –expectativas que se vuelcan en el intérprete, sean realistas o coincidentes con las del intérprete o no–, o la presión propia de un ámbito artístico profesional que es bastante competitivo. Para afrontarlas de manera saludable los músicos deben prestar atención a lo que sucede en el instrumento, por supuesto, pero también a lo que sucede fuera de él. Mantener una buena forma física, una dieta saludable, y recurrir regularmente a profesionales de la salud (fisioterapeutas o psicólogos) debería ser lo normal en un ámbito tan exigente a nivel físico y mental.

AC. ¿Qué estrategias o técnicas psicológicas recomendaría para manejar el estrés y la ansiedad antes de un evento musical importante?

BF: No hay fórmulas mágicas que por sí solas permitan una interpretación exitosa ante un evento importante. Hay personas con un carácter más resistente que les permite “sobrevivir” a circunstancias para las que no están preparadas, y otras personas más sensibles que desde edades tempranas manifiestan problemáticas que hay que afrontar. De una manera u otra, los problemas de ansiedad se van a manifestar, es una mera cuestión de tiempo, por lo que es muy importante tratarlos antes de alcanzar situaciones casi ingobernables. En este sentido resulta esencial una formación psicológica básica que permita una mínima conciencia del cuerpo, de sus reacciones, y una mínima conciencia de su propia mente y sus pensamientos, racionales e irracionales. A partir de estas coordenadas se genera un autoconocimiento que redefine cuestiones esenciales como la motivación (por qué toco el instrumento), para quién toco (expectativas) o qué espero conseguir de los eventos musicales (metas). Aunque aparentemente pudieran parecer cuestiones ajenas a las dificultades propias del instrumento y su técnica, en realidad ejercen una influencia decisiva en la autoestima y en el disfrute de la experiencia musical. La música no es sólo ser capaz de tocar obras cada vez más difíciles, hay que darle sentido a todo. Y eso lo tiene que hacer uno mismo, casi siempre con ayuda. Ahí la psicología está ayudando ya cada vez a más estudiantes y profesionales.

AC: En momentos de bloqueo creativo o dificultades emocionales, ¿cómo puede la música beneficiar para superar esas situaciones y recuperar la inspiración?

BF: Las dificultades son una parte inherente de la vida personal y también de la profesional, y ambas están muy relacionadas. Los momentos de bloqueo en la mayoría de ocasiones requieren de una pausa, de momentos reservados para uno mismo, para reflexionar, compartir impresiones con el círculo cercano y tomar decisiones que posiblemente se han estado postergando en el tiempo. Unas músicas particulares en este sentido pueden ayudar a personas particulares (no cabe generalizar) a obtener, rellenar, cubrir esos momentos de reflexión, de meditación, de relajación, que permitan reordenar ideas y obtener respuestas que de otro modo no van a aparecer, y posiblemente nos estén impidiendo retomar eso impulso creativo.

AC. ¿Cuáles son algunas herramientas o prácticas que los músicos pueden utilizar para mantener un equilibrio saludable entre el trabajo y su bienestar mental/emocional en un sector como el suyo? BF: Como digo, cada persona debe seguir un plan personalizado según sus características y necesidades, pero en general es esencial mantener un contacto social suficiente que permita exteriorizar pensamientos y emociones, así como escuchar a las personas con las que uno se relaciona; encontrar y reservar tiempo para uno mismo más allá del contacto con el instrumento y sus clases (puede ser meditación, relajación, mindfulness, o practicar un deporte), asumir con normalidad las dificultades que surgen como parte de la vida, valorar los pequeños momentos del día a día que suelen pasar desapercibidos, y ante cualquier signo de alerta del cuerpo o mente saltar por encima de esa especie de “mito del artista”, según el cual somos peores músicos si confesamos nuestros problemas o debilidades. Al revés, somos más personas cuando atendemos a nuestras dificultades, y si nos superan, debemos acudir al profesional, sea un fisioterapeuta o un psicólogo, con la misma naturalidad que acudiríamos a un médico. La conciencia sobre esto en el ámbito artístico afortunadamente está creciendo, pero todavía debemos hacer fuerza entre todos para que se convierta en un recurso al alcance de estudiantes y profesionales.

Basilio Fernández, doctor en psicología por la Universitat de València y profesor de piano del Conservatorio Profesional de Música de Valencia.

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