El Teatro Real de Madrid fue el escenario de SONAREM, un concierto benéfico organizado para recaudar fondos destinados a la rehabilitación de las sociedades musicales valencianas afectadas por la DANA. Uno de los momentos más emotivos de la noche fue la actuación de Pasión Vega, quien interpretó dos canciones con arreglos sinfónicos de Fernando Velázquez, director musical del evento y creador de esta iniciativa solidaria.
Para Pasión Vega, participar en el concierto fue una experiencia significativa. En sus propias palabras: «Siempre he tenido la intención de ayudar, y cuando surgió la oportunidad, no dudé en decir que sí. Espero que no sea algo puntual, sino el inicio de muchas más iniciativas para seguir apoyando a través de la música».
Una noche de solidaridad y música
El repertorio de Pasión Vega incluyó dos piezas muy especiales: La Habanera de Cádiz, de Carlos Cano y Antonio Burgos, y la clásica Ojos verdes, con nuevos arreglos sinfónicos creados por Velázquez. Sobre estas canciones, Pasión señaló que tienen una conexión única con el espíritu solidario del evento. «Ojos verdes es un gesto hacia el pueblo valenciano, ya que Concha Piquer, una de sus intérpretes más icónicas, era valenciana. Es mi forma de rendir homenaje a los maravillosos músicos de esta tierra que tanto nos necesitan ahora».
El evento reunió a artistas como Rozalén, Zahara, Loquillo, Nil Moliner y María José Llergo, quienes, junto con la ORCAM y la JORCAM, ofrecieron una velada inolvidable. Para Pasión Vega, el cartel reflejaba la diversidad musical del panorama español: «El contraste generacional y de estilos en este concierto, acompañado por una orquesta sinfónica, fue mágico. Compartir escenario con artistas tan diferentes y bajo la dirección de Fernando Velázquez fue un auténtico honor».
La música como herramienta de transformación
Pasión Vega destacó el papel de la música como motor de cambio social: «La música tiene la capacidad de transmitir emociones que las palabras no siempre consiguen. Nos permite conectar, movilizar y construir una sociedad más justa y empática. Los músicos tenemos la responsabilidad de usar este lenguaje universal para propiciar esa transformación».
Para ella, actuar en el Teatro Real también tuvo un significado especial: «Es un templo sagrado de la música. La primera vez que canté allí fue hace 15 años con un repertorio de tango, y cada vez que vuelvo, siento la magia de este lugar».
Un mensaje de esperanza
Pasión Vega quiso transmitir también un mensaje de ánimo y fuerza para las sociedades musicales a través de su música y su participación en este concierto: «No estáis solos. Este concierto es solo el inicio de nuestro apoyo. Continuaremos aquí, con vosotros, hasta que podáis recuperar vuestra normalidad y seguir siendo una pieza esencial del tejido cultural de nuestro país».
SONAREM, que coincidió con el Día de la Educación, logró unir a artistas, músicos y espectadores en un acto de solidaridad. La recaudación, que incluye donaciones a través de la Fila Cero, se destinará íntegramente a la FSMCV para apoyar la reconstrucción de las sociedades musicales dañadas por la DANA.